Millenium (Stieg Larsson)
No
salgo del asombro al comprobar cómo, no sólo en Latinoamérica, África y Oriente
Medio, la violencia se ensaña contra las mujeres, es doloroso hacer frente a
los elevados índices de abusos de género y más aún a la impunidad que campea en
ese terreno.
Obra difícil de soltar, inquietante, misteriosa, llena de giros, y poseedora de una
meticulosa prosa, que a través de una ingeniosa investigación, va dejando al
descubierto las pistas para resolverlo.
El
análisis de cada uno de los personajes es tan impresionante y profundo, que uno
termina introduciéndose en sus cabezas, de tal forma que las decisiones tomadas
por unos y otros se aprecian como naturales y comprensibles. La obra es un rompecabezas
en donde todo encaja, en donde toda conversación o situación tiene su razón de
ser en la trama.
La
historia continua y el universo Salander se torna cada vez más real, en los
tomos 2 y 3 de Millenium (que para mí son sólo uno), la credibilidad de los
personajes así como sus historias no decae, la crueldad y la injusticia del
mundo en el que gira la novela asombra más y más; y del mismo modo, el oasis de
justicia parece perdido.
Gran
enseñanza deja la lucha por la verdad y por el restablecimiento de los derechos
de la población vulnerable, ya que esa batalla continua y debe continuar incansablemente,
dando ejemplo de perseverancia en la protección de lo que se tiene, en el no
dejarse pisotear por nada ni por nadie y en el valor del amor y la amistad.
La sensación de vacío que
queda al terminar la historia, es creada por la veracidad de los personajes, en
especial Lisbeth, a quien uno empieza a extrañar, no más terminada la última
página de la obra. Que falta le va a hacer al universo literario la temprana
partida de Larsson, sus personajes, sus historias y sus puntos de vista
críticos, directos y contundentes.