viernes, 22 de noviembre de 2013



Millenium (Stieg Larsson)




No salgo del asombro al comprobar cómo, no sólo en Latinoamérica, África y Oriente Medio, la violencia se ensaña contra las mujeres, es doloroso hacer frente a los elevados índices de abusos de género y más aún a la impunidad que campea en ese terreno.

Obra difícil de soltar, inquietante, misteriosa, llena de giros, y poseedora de una meticulosa prosa, que a través de una ingeniosa investigación, va dejando al descubierto las pistas para resolverlo.  

El análisis de cada uno de los personajes es tan impresionante y profundo, que uno termina introduciéndose en sus cabezas, de tal forma que las decisiones tomadas por unos y otros se aprecian como naturales y comprensibles. La obra es un rompecabezas en donde todo encaja, en donde toda conversación o situación tiene su razón de ser en la trama.

La historia continua y el universo Salander se torna cada vez más real, en los tomos 2 y 3 de Millenium (que para mí son sólo uno), la credibilidad de los personajes así como sus historias no decae, la crueldad y la injusticia del mundo en el que gira la novela asombra más y más; y del mismo modo, el oasis de justicia parece perdido.

Gran enseñanza deja la lucha por la verdad y por el restablecimiento de los derechos de la población vulnerable, ya que esa batalla continua y debe continuar incansablemente, dando ejemplo de perseverancia en la protección de lo que se tiene, en el no dejarse pisotear por nada ni por nadie y en el valor del amor y la amistad.

La sensación de vacío que queda al terminar la historia, es creada por la veracidad de los personajes, en especial Lisbeth, a quien uno empieza a extrañar, no más terminada la última página de la obra. Que falta le va a hacer al universo literario la temprana partida de Larsson, sus personajes, sus historias y sus puntos de vista críticos, directos y contundentes.

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